sábado, 27 de febrero de 2016

CRITICA A SYMPOSIO O DEL BANQUETE



Desde un punto personal:

Platón nos narra un mito sobre el origen y la naturaleza del amor. Dicho resumidamente, el amor es para él la conciencia de una carencia. El mito al que recurre para explicar esto presenta al amor,  hijo bastardo de la Abundancia y la Pobreza, como algo  que incansablemente persigue todo lo valioso (como su padre) sin lograr alcanzarlo jamás (como su madre). Esta condición fronteriza es también propia de un amor particular, el amor por la sabiduría (filo-Sofía) que es el deseo de saber propio de los que no son por completo sabios ni tampoco completamente ignorantes.

A lo largo de la historia se han hecho toda una serie de discursos encomiásticos sobre el amor. El amor tiene eso que ahora se llamaría “buena prensa”.  Pero Diotime nos advierte claramente del error de considerar que el amor es perfecto, o dicho con sus palabras; el amor no es un dios.

Saber que lo bueno existe, y no poseerlo; ese es el significado del amor, lo voy a desglosar en dos sentidos para mí:

El primero tiene que ver con lo que dice Platón, de que el amor es el deseo que lo imperfecto tiene de lo perfecto, evidentemente, que los dioses no aman, puesto que son perfectos, nada pueden desear.

El segundo es, cuanto más perfectos somos, menos amamos, y al revés. La expresión amor platónico (un amor ideal) parece aquí plena de sentido. El más grande amor es el amor a lo perfecto, a lo más bello, a lo ideal.

Por lo tanto tenemos que entender que el Banquete, es parte de esa investigación sobre la esencia del amor.

CRITICA A TEETETES O DE LA CIENCIA



Desde un punto personal:

Primero que nada, el dialogo comienza con Euclides el cual se encuentra con Terpsión, y hablan de Teeteto que está en un estado grave de salud. Euclides le cuenta a Terpsión que tiene escrita una conversación que tuvo con Sócrates y con Teeteto, y la leen.

Sócrates pide a Teodoro que se presente un joven correcto para la mención, y Teodoro le presenta a Teeteto. Sócrates le pregunta a Teeteto qué es conocimiento. Comienza preguntando que si el saber y conocimiento son lo mismo, y Teeteto responde que sí.

Sócrates se compara con su madre que es partera, porque él ayuda los otros a dar a luz los razonamientos, y dice que Teeteto tiene dolores de parto. Teeteto responde a Sócrates que conocimiento es percepción. Sócrates le dice que esa es la definición que dio Protágoras cuando dijo que el hombre es medida de todas las cosas. Pero él cree que de ahí derivan cosas sin sentido porque se llega a tres afirmaciones que se contradicen:

1.- Nada se hace mayor ni menor, mientras permanezca igual a sí mismo.
2.- Aquello a lo que nada se le añade ni nada se le quita, permanece siempre igual.
3.- Es imposible que lo que antes no era, ahora sea, si no es deviniendo.

Además hay apariencias falsas; hay que afirmar que conocimiento y percepción no son lo mismo.
Sócrates dice que algunos definen conocimiento como posesión de conocimiento. Él dice que es tener conocimiento, porque no es lo mismo tener que poseer.

Teeteto propone que conocimiento puede ser creencia verdadera acompañada de justificación racional. Pero Sócrates niega esto.

Al final del diálogo solo consiguen llegar al acuerdo de que conocimiento no es ni percepción, ni creencia verdadera, ni justificación racional.

CRITICA A EUTIFRÓN O DE LA SANTIDAD


Desde un punto personal:
 

La naturaleza de la santidad, sobre los actos del hombre


En el texto nos menciona el encuentro de un adivino, Eutifrón.

Eutifrón pretende realizar un acto santo, reclamado por la justicia, pidiendo, con ocasión de la muerte de un esclavo, una condena contra su padre. Este piensa que obra bien.

Sócrates, que representa en este caso la conciencia moral y la razón de sus actos. Toma como ejemplos a júpiter, Saturno y los más grandes dioses, los cuales nunca represaron a su propio padre, ni se volvieron jueces de cada uno.

Eutifrón nos dice en su pensamiento que: “La santidad es lo que agrada a los dioses, y la impiedad es lo que les desagrada.” Lo que contenta a los unos puede descontentar a los otros, y en este decir serían el mismo hombre y la misma acción las que son santas e impías, todo esto mismo a su vez.

La santidad absoluta es, por consiguiente, incompatible con la pluralidad de los dioses. Esta misma consecuencia sale de la teología politeísta, recordemos que su tiempo es politeísta.

Sócrates trata de indagar si lo que es santo es amado por los dioses porque es santo; o si es santo porque es amado por los dioses; lo que equivale a averiguar si la santidad por su esencia y su fuerza propias tiene derecho al amor de los dioses; si se impone a su amor por ser superior a él, distinto e independiente de él; o bien si el amor de los dioses a un objeto cualquiera es el que convierte este objeto en una cosa santa.

Llegando a la conclusión que… lo santo es amado por los dioses por lo mismo que es santo, o en otros términos, que es amable en sí y por sí. La consecuencia final es, que no está en poder de los dioses constituir a su placer ni lo santo ni lo impío.

CRITICA A CRÁTILO O DEL LENGUAJE



Desde un punto personal:
 
Este ocupa un lugar destacado en la historia de la lingüística.
En donde se presentan tres personajes, Hermógenes, Cratilo y Sócrates. Tienen una pequeña discusión sobre el verdadero nombre de las cosas, con esto me refiero a que si el nombre que tiene una cosa es en realidad su nombre naturalmente propio.

Sócrates menciona no saber nada referente al tema que platican, pero dice que si lo admiten intentara llegar a una conclusión del mismo.

Comenzando la plática Hermógenes menciona su punto de vista “un nombre, solo consiste en una cierta articulación de la voz y que la naturaleza ha atribuido así a los hombres un sentido propio del mismo.

Sócrates después de haber escuchado esto, le menciona a Hermógenes que… dice un antiguo proverbio, que las cosas bellas son difíciles de saber, en mi punto de vista veo que Sócrates tiene algo de razón, lo que llamamos cosa, no es en realidad su nombre, pero el hombre tiene esta labor de interpretación de la misma imagen (objeto) pero el nombre es con lo que representamos dicha imagen.

Durante la plática Sócrates indaga a Cratilo, para conocer el nombre real de las cosas, pero éste mismo fracasa, porque en realidad lo que conocemos como “Silla” no es su nombre real y en otro país le conocen como “Banco”, y en otro se le conoce como “Bank” y este mismo en Alemania quiere decir “Banqueta”, etc… así continuamente, lo que nos lleva a pensar que todo esto es el nombre particular del objeto, ¡!pero su nombre universal cual es!!.

Sócrates menciona sobre la propiedad del objeto del que primeramente ha fijado el nombre del objeto, por ello Sócrates dice que el objeto exige el nombre.

Menciona Sócrates que por lo tanto es reconocer que no es en los nombres, sino en las cosas misma, por ello dice que es preciso buscar y estudiar las cosas. Ya que les pueden cambiar su significado real.
Puede decirse que sea posible conocimiento alguno, si todas las cosas mudan sin cesar; si nada subsiste y permanece. Porque si lo llamamos conocimiento no cesa de ser conocimiento, entonces el conocimiento subsiste, y hay conocimiento, pero si la forma misma del conocimiento llega a mudar, entonces una forma reemplaza a otra, y no hay conocimiento; y si esta sucesión de formas no se detiene nunca, no habrá jamás conocimiento.



Referente a los autores (primeros); afirmar que éstos poseen sólo la ciencia perfecta, y formar sobre sí mismo y sobre las cosas este maravilloso juicio de que no hay nada establecido, sino que muda, sería algo meramente difícil de comprender.

Por lo tanto, el nombre es solo una etiqueta que le damos al objeto, esto también tiene relación con la imagen del objeto, es como una mezcla de atributos que le vemos para saber como nombrarle.